Aunque para jugar a Warhammer Fantasy somos de elementos grandes, lo cierto es que en otros sistemas de juego como 1650 A Capa y Espada o Mordheim (Empire in flames), son los pequeños elementos los que aportan más detalle y riqueza a nuestras partidas. Así que después de presentaros en el Botánicvs Imperialis: Bosque de Bóveda III nuestra escenografía más alta, esta semana hemos hecho un sencillo elemento. Un muro de piedra con un árbol.
Los muros de piedra como escenografía nos parecen interesantes, ya que al igual que los bosques, limitan la línea de visión, ofrecen protección y entorpecen el movimiento. Aunque la diferencia entre estos dos elementos suele radicar en la necesidad de que hay que estar colocado inmediatamente detrás del muro de piedra, para beneficiarte de la mayor parte de reglas.
Tenemos en mente hacer unas cuantas secciones de muro de piedra que podamos combinar de forma distinta en nuestro tablero modular y así conseguir mayor diversidad.
Ya hemos hecho muros de piedra en distintos elementos, como en los caminos, que lo rodeamos de piedra. Esta vez utilizaríamos el mismo sistema pero le añadiríamos algo más.
Lo primero que hicimos fue recortar una base de Dm y la dimos la forma precisa para albergar el muro de piedra.
Después hicimos un pequeño árbol de alambre y lo texturizamos con masilla de secado al aire para modelar Das, siguiendo los mismos pasos que en el Botánicvs Imperialis: Árboles I, II, III.
Después levantamos un pequeño muro a lo largo de la peana interrumpido por el el árbol. Para las piedras del muro utilizamos poliestireno, como hicimos anteriormente en otros elementos.
Finalmente texturizamos la peana con masilla y un cepillo de dientes.
Y ya lo tenemos listo para la pintura.
Con respecto a la pintura no hay mucho más que decir aparte de lo que veis… Lo cierto es que si hay mucho que decir. Estábamos pintando el muro de piedra como habíamos pintado siempre estos elementos.
Para ello utilizamos un poco de pintura de óleo, que diluimos un poco con disolvente. Todo el mundo sabe que el aguarras y el poliestirenos se llevan a matar, con punto para el aguarras; pero eso no ha importado hasta ahora, por que cubríamos con cola blanca diluida, y más pintura el plástico antes de darle nada que contuviera disolvente.
Pero en esta ocasión las capas previas no fueron suficiente, y vimos como partes del muro de piedra se derretía ante nuestros ojos por el efecto del disolvente. Llegados a este punto, y tras comer chocolate, decidimos que en vez de tirarlo todo, debíamos aprovecharlo.
Cubrimos de follaje las peores partes del muro de piedra, a modo de arbusto. Finalmente terminamos de pintarlo solo con acrílicos.
En esta ocasión, como el árbol es pequeño habíamos pensado que quizá el follaje que usamos no sea muy apropiado. Por ello íbamos a probar algo nuevo.
Nos decidimos por usar polifibra que colocamos alrededor de las ramas, intentando darle volumen a las ramas. Después le aplicamos una capa de pegamento en spray y espolvoreamos esponja triturada, más pequeña que el follaje.
Así nos quedo el muro de piedra con un árbol y arbustos.
Errores se pueden cometer muchos, pero hay que intentar ser positivo y tener inventiva.
Lo cierto, es que a pesar del accidente, nos dimos cuenta que no habíamos progresado mucho con los muros de piedra. Realmente estábamos repitiendo procesos anteriores, y esa no era la forma de conseguir mejorar.
Por eso pensamos que debemos seguir trabajando en los muros de piedra, hasta dar con método y resultado que nos deje realmente convencidos. Seguiremos intentándolo.