Ya esta aquí El Hobbit. La desolación de Smaug e imaginamos que es una cinta obligada para todos los aficionados al hobby. Nosotros la hemos visto y nos gustaría compartir algunas impresiones.
Partimos de la base de que tres películas para contar la historia de El Hobbit se nos antojaban un poco excesivas. Teniendo en cuenta la duración de cada una esperábamos bastante relleno insulso, como en el caso de El Hobbit. Un viaje inesperado. Sin embargo en esta ocasión el aporte que hace a la historia y a la película es muy importante.
Liberado por sus predecesoras de la necesidad de ir presentando continuamente personajes, la historia es dinámica, con mucha acción trepidante espaciada en momentos de calma en los que se ponen a prueba los nervios de los personajes.
Las secuencias centradas en Dol Guldor y el Nigromante permiten que el viaje hacia Erebor no se haga muy pesado. La línea argumental que prepara la historia para los acontecimientos narrados en El Señor de los Anillos permiten al espectador disfrutar de dos hilos distintos narrados en un mismo mundo.
Mención especial merece el personaje de Orlando Bloom. Ha madurado de forma muy contradictoria si tenemos en cuenta la línea temporal de los libros. Mientras que en El Señor de los Anillos nos presentaban a un Légolas más desenfadado y quizá “adolescente”, en esta ocasión nos muestran un personaje mucho más maduro y comprometido más con la causa que con sus amigos (aunque esto puede cambiar durante la película).
El príncipe del Bosque Negro mantiene una sorprendente relación con Tauriel (Evangeline Lilly). Aunque se echa en falta una escena final juntos después de que esta tome su decisión.
El Terrible Smaug, oculto a los ojos del espectador hasta ahora, centra gran parte de la atención. Anunciado y esperado se alza en la pantalla como colosal y poderoso. No defrauda ni con su tamaño, ni con su inteligencia. Quizá sea el mejor dragón que hemos visto hasta ahora en la historia del cine. Aunque debemos anunciar que queda en parte eclipsado por Bilbo Bolson (Martin Freeman).
Si consideramos que el juego de acertijos entre Bilbo y Gollum (Andy Serkis) una de las mejores escenas de El Hobbit. Un viaje inesperado, en esta ocasión corresponde esta mención a el diálogo entre el “Jinete de Barriles” y la “Gran Desolación”. En nuestra opinión supera con creces a la cinta anterior.
Las escenas de acción de la película son una danza de golpes y acrobacias en las que hasta el más torpe parece un artista del Cirque du Soleil. Aún así son muy entretenidas y en ciertos momentos aportan humor.
Como siempre la ambientación del filme es de primera. La forma en la que se a captado la decadencia del Bosque Verde que ha pasado a conocerse como el Bosque Negro simplemente es magistral. Incluso en las tierras élficas se capta que la luz brilla con menos fuerza.
También hemos notado errores menores en la cinta. Algunos tan nimios como la cantidad de pescado en un barril o lo sorprendente de que haya una parada de huargos y corceles élficos a la salida de un asentamiento humano. Imaginamos que quedaran mitigados en parte con la versión extendida, dando así explicación a ciertos cambios de vestuario.
En resumen, la película es divertida y con acción trepidante. Sin duda nosotros recomendamos que vayáis a verla y aprovechamos para pediros que nos comentéis vuestras impresiones y os dejamos con un pequeño clip de la pelicula para tentaros .