Lo cierto es que no hay tablero de
Warhammer Fantasy,
1650 A Capa y Espada o incluso
Mordheim ambientado en
Empire in flames, que no se complete con una o dos colinas. Estábamos acostumbrados a ver la clásica pareja de
colinas de wargaming destinada cada una a una zona distinta del área de despliegue y queríamos algo distinto. Por ello tras hacer los
caminos y los
campos de trigo para nuestro
tablero modular decidimos darle altura.
Lo primero fue como siempre los referentes y la planificación. Teníamos claro lo que no queríamos, pero no tanto lo que sí. En un principio descartamos las colinas escarpadas y las que no se integran en la mesa. Tampoco queríamos algo que fuera simétrico típico de las batallas de Warhammer. Por ello nos decidimos cubrir una mitad del tablero modular con una única colina que ocuparía tres secciones de 60×60 cm.
Realizamos algunos bocetos sobre el papel para fijar un poco más las ideas. Queríamos un camino que pudiera conectar con los otros módulos y que subiría por la colina progresivamente hasta la cima. Pensamos en un huerto en la zona media de la pendiente, para no dejarla desnuda y unas vallas en la parte superior como zona de pasto o donde colocar después algún edificio. Finalmente añadiríamos una zona boscosa.
Tanto el huerto como la cima con un edificio resultarían geniales como ubicaciones de objetivos para 1650 A Capa y Espada, o el elemento central en Mordheim (Empire in Flames).
Hacer colinas para wargaming siempre ha parecido sencillo. Un poco de poliestireno, una cuchilla y a darle forma. Incluso hay quién usa pasta de papel. Aún así decidimos investigar un poco en la forma en que podríamos suavizar las nuestras puesto que iban a ser un elemento muy grande. Probamos con cuchillas y con calor de llama, pero no nos convencía. Tendríamos que cortar la colina en rectángulos a fin de poder usar el hilo caliente de la sierra de poliestireno.
Sobre una plancha de poliestireno extruido de 120x60x3 cm dibujamos el camino y delimitamos las zonas. Como la plancha era muy grande la cortamos primero en tres secciones, una para cada tablero y después en rectángulos de distinto tamaño.
Le fuimos dando forma. Queríamos una pendiente muy suave así que procuramos no dejar grandes desniveles. Habíamos jugado en algún otro tablero modular de Warhammer en la que las colinas grandes tenían el inconveniente de que las miniaturas resbalaban y no queríamos que nos pasara lo mismo.
Después nos lanzamos a hacer el camino que sería de tierra. Para ello utilizamos pasta para modelar de secado al aire. La texturizamos y observamos el resultado durante largo rato. Algo fallaba en la colina.
Nos dimos cuenta de que el problema era que había quedado demasiado regular y esto era precisamente una de las cosas que queríamos evitar. Para solucionar esto no había mas remedio que cortar y desechar parte del trabajo ya realizado.
Convencidos de que dábamos los pasos en la dirección correcta utilizamos una cuchilla y realizamos un gran corte redondeado que rompía la regularidad. Ahora nos había quedado un verdadero desnivel, así que tuvimos que salvarlo con papel de periódico impregnado en cola blanca. Nos ayudamos de unas cuñas para salvar la altura.
Finalmente decidimos recubrir con papel todas las irregularidades de la colina. Añadimos un poco de corteza de pino que medio enterramos para darle algo de diversidad al elemento.
Una vez cubierta ya estaba lista y la dejamos en el cajón de texturizar.
Así completamos no solo el primer módulo si no el método para hacer las demás colinas. En las próxima entradas os mostraremos como realizamos otras partes de la colina para wargaming.
Nos dimos cuenta que a nivel de reglas donde más se notaría el jugar en una colina de este tamaño sería en Warhammer Fantasy. En otros juegos como 1650 A Capa y Espada o Mordheim (Empire in flames) no tanto. Aunque en los tres aportaría una gran belleza visual a los enfrentamientos al ver las miniaturas sobre ella.
¿Que os parecen jugar sobre una colina?